Jornada Inaugural Sagij 2017: “Diversidad Sexual en Niñez y Adolescencia”
La identidad de género se declara temprano en la niñez. Alrededor de los dos años, los niños y las niñas se vuelven conscientes de las diferencias físicas entre ellos y para los 4 años, la mayoría tiene un sentido establecido sobre su identidad de género.
Esto no es lo mismo que hablar de orientación sexual, que se refiere a la persona por la que uno se siente atraído. La orientación sexual se hace evidente más tarde, durante la adolescencia.
Las personas no conformes con su género, de distintas edades, constituyen una población a la que los trabajadores de la salud recibimos cada vez con más asiduidad. Esto se debe a que estamos más atentas y atentos, dispuestas y dispuestos a atender a personas a las que, tal vez, nos resulte más difícil entender, aceptar, tener claro cómo tratarlas sin hacerlas sentir incómodas o discriminadas. Pero todavía nos queda un largo camino por recorrer.
Creemos sumamente importante reconocer estos grupos y personas para no excluirlos en nuestro trabajo diario y así también poder disminuir los riesgos para su salud física, mental y social. Por eso desde SAGIJ y en conjunto con los Programas Nacionales de Salud Sexual y Procreación Responsable y de Salud Integral de Adolescentes, se desarrolló una Jornada dedicada a la temática de diversidad sexual
Los profesionales de la salud deberíamos poder reconocer las distintas variantes de género y orientación sexual para poder tratar a cada persona de acuerdo con su identidad y sentir y/o derivarlas para una correcta atención.
En especial, dentro de las cuestiones que debemos reconocer y sobre las cuales tenemos que reflexionar, es importante que las y los ginecólogos nos detengamos a pensar que no debemos dar por seguro que todas nuestras pacientes son heterosexuales.
No me voy a detener aquí a desarrollar la temática de identidad de género porque hemos invitado a expertos y expertas que compartirán hoy con nosotros sus ideas, reflexiones y conocimientos al respecto, pero sí quiero introducir el concepto de identidad de género como la percepción subjetiva que cada persona tiene de símisma en cuanto a su propio género, que puede o no coincidir con su sexo biológico, con los genitales con los que nació.
Nos preocupa en particular la situación de niños, niñas y adolescentes. Debemos tener en cuenta el alto riesgo para la salud mental y social de los niños, niñas y adolescentes transexuales, transgénero, no conformes con su género y/o homosexuales, que son víctimas de bullying e incluso de rechazo, no solo por parte de sus pares, sino también de sus padres e incluso de la comunidad. Rechazo que resulta en un ostracismo, depresión e incluso suicidios. ¿Por qué? Por algo básico pero extremadamente difícil en su condición de exclusión que es la dificultad de pedir ayuda, incluso a los profesionales de la salud, ya que estos últimos no siempre suelen estar abiertos a escuchar, comprender, contener y orientar.
Muchas personas trans dejan sus hogares como consecuencia del rechazo por parte de sus familias, lo que las pone en mayor riesgo en todo sentido. La vulnerabilidad de esta población nos convoca a informarnos, capacitarnos y estar preparados para atender a las personas que lo soliciten.
Más de la mitad de los jóvenes LGBTQ (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer) han reportado deseos de suicidio y cerca del 37% lo han intentado.
En el caso de los pacientes transgénero masculinos, el cuidado de los órganos genitales femeninos y la posibilidad de embarazos deben ser tenidos en cuenta para evitar complicaciones no deseadas y prevenir futuras enfermedades. Varones transgénero pueden consultarnos por dismenorrea y ciclos menstruales que no desean y está dentro de nuestras posibilidades proporcionarles soluciones a estas situaciones ginecológicas comunes.
El otro tema importante para tener en cuenta es el de la preservación de la fertilidad, si lo desean, antes de las intervenciones médicas.
Como Sociedad de Ginecología Infanto-Juvenil nos parece sumamente importante reconocer la importancia de la atención continua de estos pacientes y trabajar fuertemente en ampliar los espacios de atención e inclusión.
Proporcionar a todas las personas un ambiente amigable de atención, utilizar formas neutras en nuestro trato o preguntar de qué forma prefieren ser llamados o llamadas, ser abiertos en nuestra forma de comunicarnos (no dar por sentado que todas las pacientes son heterosexuales preguntando con qué se cuidan para no embarazarse) y proporcionar material de información en cuanto a cuidados personales y de infecciones de transmisión sexual para todos los grupos y sus necesidades es de suma importancia para garantizarles un acceso a la salud tanto física como psíquica, sin discriminación.
Puede ser que nosotros seamos su única oportunidad para poder expresar sus sentimientos. Algunas consultas pueden encubrir la búsqueda de ayuda y debemos estar abiertos a estas situaciones.
Los y las ginecólogas, sobre todo los que atendemos a niñas y adolescentes, tenemos un importante rol en la atención primaria de la salud y la posibilidad de trabajar en prevención con todos los grupos pero en este colectivo LGBTQ, mucho más aún.
Puede que en algunos casos, como señalé recién, seamos su posibilidad de pedir ayuda y está en nosotros no desperdiciarla.
Dra. Marisa Labovsky