Hiperandrogenismo en la Adolescencia. ¿Es necesario tratarlo? ¿Qué tratamiento elegir?
Hyperandrogenism in adolescence. to treat or not to treat? what treatment to select?
Artículo de Revisión
Dra. Deborah Laufer 1.
Resumen
El hiperandrogenismo en la adolescencia es una condición frecuente que puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de las jóvenes, afectando su salud física, metabólica, sexual, reproductiva y psicológica. En los últimos años, se han realizado modificaciones en el diagnóstico y abordaje terapéutico, particularmente en el Síndrome de Ovario Poliquístico, la causa más frecuente de hiperandrogenismo en esta población. Esta revisión tiene como objetivo analizar la necesidad de tratamiento y las terapéuticas actuales, de acuerdo con la evidencia científica más reciente. Se revisaron las bases de datos Cochrane y Pubmed de los últimos 5 años. La alimentación saludable y la actividad física constituyen el pilar fundamental del tratamiento. Entre las opciones farmacológicas, los anticonceptivos orales son el tratamiento de primera línea, contando también con insulinosensibilizadores y antiandrógenos.
Palabras clave: hiperandrogenismo, adolescencia, síndrome de ovario poliquístico, tratamiento.
Abstract
Hyperandrogenism in adolescence is a common condition that can have a negative impact on the quality of life of young women, affecting their physical, metabolic, sexual, reproductive, and psychological health. In recent years, modifications have been made to the diagnosis and therapeutic approach, particularly for Polycystic Ovary Syndrome, the most frequent cause of hyperandrogenism in this population. This review aims to analyze the need for treatment and current therapies, according to the most recent scientific evidence. A review of the Cochrane and Pubmed databases from the last 5 years was conducted. A healthy diet and physical activity constitute the fundamental pillar of treatment. Among the pharmacological options, oral contraceptives are the first-line treatment, with insulin sensitizers and anti-androgens also being available.
Keywords: Hyperandrogenism, Adolescence, Polycystic Ovary Syndrome, Treatment.
Introducción
El hiperandrogenismo en la adolescencia es una condición frecuente que puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de las jóvenes, afectando su salud física, metabólica, sexual, reproductiva y psicológica. En los últimos años se han realizado modificaciones en el diagnóstico y abordaje terapéutico, particularmente en el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), la causa más frecuente de hiperandrogenismo en esta población.¹
Se considera a la adolescencia como una etapa de oportunidad de prevención de patologías. Sin embargo, a este respecto, no se deben hacer diagnósticos inadecuados ni tratamientos innecesarios. Tampoco se deben perder oportunidades de diagnósticos tempranos evitando patologías o complicaciones en la vida adulta. Por ese motivo, muchas veces es necesario tratar, pero sin hacer diagnósticos definitivos, en especial de SOP.
Objetivo
Esta revisión tiene como objetivo analizar la necesidad de tratamiento del hiperandrogenismo en adolescentes, para lo cual se requiere un diagnóstico adecuado, y discutir las terapéuticas actuales de acuerdo a las últimas evidencias publicadas sobre este tema.
Metodología
Se realizó una revisión bibliográfica sobre hiperandrogenismo en la adolescencia consultando las bases de datos PubMed y Cochrane. Los términos de búsqueda utilizados fueron: "hiperandrogenismo", "adolescentes", "síndrome de ovario poliquístico en adolescentes" y "tratamiento". Los criterios de inclusión fueron artículos publicados en los últimos 5 años, en español/inglés, enfocados en el hiperandrogenismo en población adolescente. Se seleccionaron 258 artículos y tras analizar los abstract, se descartaron los que no estudiaban la población adolescente, los reportes de casos y otros que no abordaban la temática de este artículo. Se estudiaron 58 artículos en forma completa y se hizo especial énfasis en la bibliografía basada en la evidencia. Con esta nueva selección se incluyeron 26 artículos que son en los que se basa esta publicación. Si bien la guía clínica de diagnóstico y tratamiento del SOP (Recommendations from the 2023 International Evidence-based Guideline for the Assessment and Management of Polycystic Ovary Syndrome) no es estrictamente en la población adolescente, hace referencia a este grupo etario y dada su calidad científica fue incluida.
Diagnóstico de hiperandrogenismo en la adolescencia
El gran desafío del diagnóstico del hiperandrogenismo en la adolescencia es la superposición entre las características propias de este período, como son los ciclos irregulares, el acné y los ovarios con aspecto micropoliquísticos en la ecografía, con los criterios diagnósticos clásicos utilizados para definir el SOP y el hiperandrogenismo.2, 3
El hiperandrogenismo en la adolescencia se manifiesta clínicamente por la acción exagerada de los andrógenos en sus tejidos diana. Esto es: acné e hirsutismo y en casos más graves y excepcionales con elementos de virilización como voz grave y clitoromegalia. Asimismo, se manifiesta como trastornos del ciclo menstrual.4 Los síntomas, su severidad, y el momento de aparición dependen de la etiología del hiperandrogenismo.
Las causas de hiperandrogenismo pueden ser de origen ovárico, de origen suprarrenal u otras. Entre las causas ováricas, el SOP es la causa más frecuente, pudiendo también tener su etiología en causas graves como tumores ováricos. Cuando el origen es suprarrenal, puede ser una alteración funcional como es el caso de la hiperplasia suprarrenal congénita o también de causa tumoral.1 Entre otras causas se encuentran la hiperinsulinemia, el hipotiroidismo, el síndrome de Cushing, la hiperprolactinemia, y el uso de ciertos fármacos.5
El hirsutismo se valora clínicamente mediante la escala de Ferriman y Gallwey que otorga un puntaje a la presencia de pelo terminal en zonas dependientes de andrógenos. Se considera hirsutismo a un puntaje mayor al percentil 95 con respecto a la población de estudio (mayor a 8 en la población europea).2
El acné puede manifestarse como comedones leves, lo cual es frecuente y fisiológico en la edad de la perimenarca. Sin embargo, tanto el acné con pápulas, y pústulas, así como el acné severo y persistente no responde al tratamiento, son sugestivos de hiperandrogenismo.2
En relación a los trastornos del ciclo menstrual también son fisiológicos en los primeros años post-menarca. Sin embargo, la amenorrea secundaria, luego de un año de edad ginecológica, o los sangrados menstruales infrecuentes luego de 3 años de edad ginecológica, no se consideran fisiológicos.6
Los estudios de laboratorio están enfocados a confirmar el hiperandrogenismo, evaluar presencia de complicaciones metabólicas y descartar otras fuentes productoras de andrógenos, como tumores virilizantes ováricos o adrenales. Se debe solicitar la cuantificación de andrógenos y sus derivados: testosterona total y libre, índice de andrógenos libres, androstendiona, 17 hidroxi- progesterona, Dehidroepiandrosterona-sulfato (DHEA-S.), así como la proteína transportadora de hormonas sexuales (SHBG). Las dosificaciones de andrógenos dependen de variables biológicas como estadio de desarrollo puberal, la fase del ciclo, y variables analíticas de los distintos ensayos. La testosterona libre es más sensible que la medición de testosterona total para establecer la existencia de exceso de andrógenos. Valores muy elevados de andrógenos orientan a tumores (testosterona total >50 ng/dL o de testosterona libre > 24 pmol/L).7 También se deberá solicitar gonadotrofinas (FSH y LH), así como hormona tirotrófica (TSH) y prolactina. La hormona antimulleriana (AMH) no se utiliza en adolescentes como criterio diagnóstico de SOP según las últimas guías clínicas publicadas. 8 Si bien no es con criterio diagnóstico, con la finalidad de evaluar comorbilidades metabólicas asociadas, es de buena práctica solicitar el perfil lipídico, la evaluación del metabolismo glucídico (glicemia, insulina, índice de HOMA, prueba de tolerancia oral a la glucosa), así como funcional y enzimograma hepático.2
La ecografía ginecológica es útil para el diagnóstico de ovarios con aspecto poliquísticos, que se define como la presencia de 12 o más folículos de 2 a 9 mm de diámetro y/o un volumen ovárico mayor a 10 ml en uno o ambos ovarios. Estos criterios se definen para mujeres adultas y por ecografía transvaginal y no constituyen un criterio diagnóstico para adolescentes. Solo se debe usar en adolescentes luego de 8 años de edad ginecológica.8, 6
En cuanto al diagnóstico de SOP, la causa más frecuente de hiperandrogenismo en la adolescencia, se ha publicado una revisión según la medicina basada en la evidencia, destacando los siguientes: irregularidades del ciclo menstrual teniendo en cuenta la edad ginecológica, hiperandrogenismo clínico o paraclínico y no usar como criterios diagnósticos la ecografía ginecológica ni los niveles de AMH.
Siempre deben excluirse otras etiologías como causa de hiperandrogenismo.8,9
Impacto del hiperandrogenismo en la salud general de las adolescentes.
El hiperandrogenismo afecta la salud general de las adolescentes. Se asocia a un mayor riesgo de obesidad y en especial de obesidad central, así como a síndrome metabólico e insulinorresistencia. El Síndrome metabólico y el SOP están interrelacionados, pero son entidades clínicas diferentes. Asimismo, aumenta el riesgo cardiovascular en adolescentes con SOP.10 La resistencia a la insulina y la obesidad central constituyen los factores patogénicos comunes que interrelacionan estas dos entidades. El aumento de los andrógenos libres conduce a SOP y a su vez, el hiperandrogenismo determina un mayor aumento de la adiposidad central y la insulinorresistencia.7, 11
Existen adolescentes que no cumplen los criterios diagnósticos de hiperandrogenismo y SOP, pero tienen factores de riesgo de desarrollar el síndrome, como ser aquellas con antecedentes familiares de madre con SOP y exposición intrauterina a exceso de andrógenos, bajo peso al nacer y ganancia rápida de peso postnatal, pubarca precoz y sobrepeso u obesidad. Es en estas jóvenes, en quienes se debe realizar prevención, diagnóstico oportuno, y tratamiento de síndrome metabólico.12
Por otra parte, la obesidad, el acné y el hirsutismo, en adolescentes puede asociarse con estrés social y psicológico. Esto aumenta el riesgo de depresión y puede impactar negativamente, causando baja autoestima en estas adolescentes, afectando su calidad de vida.9
Existe mayor riesgo oncológico, con un aumento del riesgo de cáncer génito -mamario. Existe conversión periférica exagerada de androstenediona en estrona en el tejido adiposo y esta estrona aumentada impacta negativamente a nivel de la mama y el endometrio.13
Si ocurre aumento de los andrógenos libres en adolescentes genéticamente predispuestas durante la pubertad temprana se manifestará como adrenarca y pubarca precoz. Si se presenta en adolescentes post menarca se manifestará como acné, hirsutismo y ciclos irregulares.7
Impacto del hiperandrogenismo en la salud reproductiva.
El hiperandrogenismo impacta en la fertilidad, ocasionando trastornos en la función ovárica con subfertilidad e infertilidad, y en el embarazo también conduce a mayor incidencia de complicaciones como ser diabetes gestacional, estados hipertensivos del embarazo, partos prematuros y mayores complicaciones neonatales.
¿Es necesario tratarlo?
El hiperandrogenismo que no es fisiológico, impacta negativamente en todas las etapas de la vida, desde la vida intrauterina retrasando el crecimiento fetal, en la etapa de lactante provocando una recuperación acelerada del crecimiento, en la infancia con un aumento de la grasa visceral y obesidad, así como con una pubarca precoz, luego en la adolescencia con una pubertad adelantada y SOP, que puede persistir en la edad reproductiva, con subfertilidad e infertilidad, complicaciones obstétricas, síndrome metabólico y aumento de riesgo de patología cardiovascular; durante el climaterio hay un aumento del riesgo de cáncer genito-mamario.14, 15
Es importante tratar el hiperandrogenismo en la adolescencia porque tiene un impacto en la salud general, en la salud sexual y reproductiva y en la esfera psicológica, tanto en la vida actual como en la vida futura de las adolescentes. Asimismo, deben tratarse tanto las adolescentes en riesgo de desarrollar SOP, como las que tienen el diagnóstico de SOP o aquellas con hiperandrogenismo de otras etiologías, evitando las consecuencias en la adolescencia y a largo plazo.7, 18
¿Cuál tratamiento elegir?
El tratamiento será aquel que la evidencia muestre la mayor efectividad con los menores efectos secundarios, enfatizando qué le preocupa a cada adolescente. Múltiples organizaciones científicas internacionales como la American Society for Reproductive Medicine, the Endocrine Society, the European Society of Endocrinology, European Society of Human Reproduction and Embryology y la American Society for Reproductive Medicine elaboraron en el año 2023 guías clínicas para el abordaje y tratamiento de SOP.9 Estas no son específicas para adolescentes pero tienen recomendaciones especiales para este grupo, así como el asesoramiento de pediatras y ginecólogos de adolescentes para su elaboración. Existe limitada evidencia en adolescentes para el abordaje y tratamiento de SOP. Se analizan las recomendaciones terapéuticas de esta guía.
Las alternativas terapéuticas en adolescentes sin deseos procreativos son cambios en el estilo de vida y/o tratamientos farmacológicos, que se adecuarán a cada individuo con un enfoque interdisciplinario.
El objetivo fundamental del tratamiento es el cambio en el estilo de vida. Este es el tratamiento de primera línea en adolescentes con SOP o riesgo de presentarlo. Consiste en promover una alimentación saludable, tratando el sobrepeso y la obesidad y fomentar la actividad física, hábitos que deben ser mantenidos en el tiempo.19, 20 Para ello se deben tomar decisiones compartidas con las adolescentes, empoderándolas en cuanto a los cambios en sus hábitos y buscando el apoyo familiar. No existe una dieta específica recomendada para adolescentes simplemente aquella para prevención y/o tratamiento de sobrepeso y obesidad.21
No hay evidencia sobre qué tipo de ejercicio físico ni cuántas horas debe realizarse. Se recomiendan 60 minutos de ejercicio aeróbico diario en adolescentes.8
Es fundamental la evaluación del estado emocional, cómo impacta en la calidad de vida, en la calidad del sueño y en su autoestima. Dado el riesgo aumentado de alteraciones afectivas, se debe buscar la presencia de signos de ansiedad, depresión y el riesgo de trastornos de la conducta alimentaria. Se hará la derivación oportuna a un psicólogo o psiquiatra para su tratamiento si fuese necesario.9
El tratamiento cosmético local es una herramienta valiosa, tanto la depilación láser, así como el uso de otras energías y el tratamiento tópico del acné. Para el tratamiento de acné se usan antiinflamatorios, antibióticos tópicos y antiandrógenos tópicos (eflomitina).8
Entre las opciones farmacológicas, los anticonceptivos orales (ACO) se consideran como el tratamiento de primera línea, contando también con fármacos insulinosensibilizadores y antiandrógenos, ya sea en monoterapia o combinados entre sí. Siempre debe asociarse con estilo de vida saludable y en muchos casos con los tratamientos cosméticos locales.
Los ACO son muy eficaces para el tratamiento de los trastornos del ciclo y los síntomas de hiperandrogenismo y son especialmente útiles si además se requiere anticoncepción. Pueden usarse ACO combinados o sólo con gestágenos.7, 22 Su uso debe ser adecuado a los criterios de elegibilidad de la Organización Mundial de la Salud igual que en la población general.9 Cualquier método anticonceptivo hormonal anovulatorio será útil para el tratamiento de hiperandrogenismo y para regularizar los ciclos. Además, los ACO otorgan protección endometrial, lo cual disminuye a largo plazo el riesgo de hiperplasia endometrial y de cáncer de endometrio. Mejoran el hiperandrogenismo, pero no reducen la grasa hepática, no mejoran la resistencia a la insulina ni los parámetros de inflamación. No hay formulaciones de estrógenos ni dosis más recomendadas ni tampoco hay progestinas de elección. Los ACO que asocian etinilestradiol (35 mcg) con ciproterona se consideran segunda línea de tratamiento dados los efectos secundarios metabólicos y los riesgos tromboembólicos. El uso de progestinas solo puede ser una opción, si bien la evidencia en su uso como tratamiento en el hiperandrogenismo es limitada.9
Los sensibilizadores de la acción de la insulina como la metformina, la poliglitazona, el inositol u otros, son una alternativa terapéutica para inducir los ciclos ovulatorios y mejorar el hiperandrogenismo, especialmente útiles cuando se asocia sobrepeso u obesidad, ya que estos mejoran los aspectos metabólicos, y pueden usarse solos o asociados a los ACO.23 Sin embargo, tienen menor eficacia en el tratamiento de los síntomas cutáneos, el acné e hirsutismo que los ACO o los antiandrógenos.8 La metformina tiene un efecto similar a los cambios en el estilo de vida, pero es útil cuando no se logran optimizar los hábitos saludables. Si bien el inositol puede usarse para tratamiento del SOP, para mejorar los aspectos metabólicos, hormonales y reproductivos, no hay evidencia suficiente en adolescentes para recomendar este tratamiento. La metformina tiene mayor eficacia que el inositol, pero los efectos colaterales gastrointestinales pueden ser una limitante en su uso.9 En adolescentes con hiperandrogenismo y que además asocian sobrepeso y obesidad es muy importante el descenso de peso.24 Para lo cual, se promueve como ya se mencionó alimentación saludable y la actividad física. En adolescentes con obesidad mórbida y síndrome metabólico asociado, se deben tener en cuenta herramientas terapéuticas como la cirugía bariátrica o fármacos como la semaglutida o la tirzepatida.
Los fármacos antiandrógenos son la espironolactona, la finasterida y la flutamida.7 No son de primera línea de tratamiento y se deben usar ante la ineficacia de otros tratamientos luego de 6 meses. La flutamida y la finasterida tienen efectos adversos gastrointestinales y hepatotoxicidad. Se recomienda asociarlos a métodos anticonceptivos dada su teratogenicidad. Se necesita un mínimo de 6 meses de tratamiento para ver efectos terapéuticos. 9
Conclusiones
Se considera a la adolescencia como una etapa de oportunidad de prevención de patologías. No se deben hacer diagnósticos inadecuados ni tratamientos innecesarios, pero tampoco se deben perder oportunidades de diagnósticos tempranos evitando patologías o complicaciones en la vida adulta. Por ese motivo, muchas veces es necesario tratar, pero sin hacer diagnósticos definitivos, es especial cuando se trata de SOP.
El abordaje del hiperandrogenismo en la adolescencia es un pilar fundamental en este aspecto. Es importante tratarlo porque impacta negativamente en la salud general, en la esfera afectiva y en la salud sexual y reproductiva actual y a futuro de las adolescentes.25
El objetivo del tratamiento es mejorar la calidad de vida al mejorar el hiperandrogenismo, beneficiando la salud física general, aspectos emocionales y la salud sexual y reproductiva actual y futura, y a largo plazo reducir el riesgo cardiovascular, metabólico y oncológico.
Se debe jerarquizar el cambio en el estilo de vida, enfatizando una alimentación saludable y la práctica de actividad física.26 El abordaje siempre será interdisciplinario.
En cuanto al tratamiento farmacológico, el uso de ACO es de primera línea, contando también con sensibilizadores de la acción de la insulina y antiandrógenos. Se requieren más estudios aleatorizados enfocados en la adolescencia para crear protocolos de tratamiento para el hiperandrogenismo en esta etapa de la vida.27
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- Médica Ginecóloga. Especialista en Ginecología de Adolescentes. Sociedad Uruguaya de Ginecología de niñas y adolescentes (SUGIA)
